En la fase inicial, parece inteligente, culto, enigmático y encantador. Esta etapa, conocida como "love bombing", está cuidadosamente premeditada. La personalidad enamora, seduce, cautiva. Pero cuando el vínculo se vuelve más singular y deja de ser generalizable, el guión se agota. Ahí comienzan las fallas. El encanto se quiebra, y queda a la vista que aquello que parecía sofisticado no tiene profundidad real.
El narcisista cree que todas las personas funcionan igual, y que puede aprender “cómo amar” a fuerza de ensayo y error. Lo que no puede itir es que cada vínculo es único.
Así, acumula técnicas: todo lo que una pareja anterior le reclamó, lo aplicará con la siguiente, aunque esa pareja no lo haya pedido. No porque haya cambiado, sino porque lo guarda como herramienta de seducción. No se trata de deseo ni empatía, sino de cálculo. Lo que para una fue sufrimiento, para otra será estrategia.
Este ciclo de repetición no es consciente. Cree que está evolucionando, cuando en realidad solo adapta el montaje. No hay verdadero aprendizaje emocional, porque no hay lugar interno para alojar al otro como sujeto. Solo lo percibe como amenaza, demanda o espejo.
Por eso muchas ex parejas se preguntan: “¿por qué conmigo no podía y con ella sí?”. No es que ahora pueda: es que ahora puede ofrecerlo él, en lugar de responder al pedido del otro. Y lo que parece un gesto de amor, es apenas una reproducción mecánica de lo que aprendió a imitar.
Si hay algo que no lograrás jamás con un narcisista, es que responda a tu pedido, ya que todo pedido lo considera demanda. El hecho de pedir, implica para él que algo se le escapó para ser perfecto. En lugar de darlo, lo considera un pedido caprichoso "fuera del menú", que por ese motivo él no pudo preverlo. Es como si se dijera a sí mismo: "Se me escapó porque no corresponde, yo soy perfecto e hice todo bien, si lo pide es porque se excede, es autoritaria, es una narcisista manipuladora que me quiere como objeto". Es decir, nunca le pidas nada, porque los pedidos los consideran correcciones, acusaciones. Será a partir del primer pedido, reclamo, planteo, que comenzará el circuito de enojos interminables.
No pueden nombrarse sin máscara. La angustia solo aparece cuando fracasa el personaje. Ahí, por un segundo, se vislumbra el vacío.
Psicóloga clínica – MN 57457 (Argentina) / M-42755 (España)
Especialista en narcisismo, psicopatía y relaciones vinculares
Instagram: @piamartina.ok





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